Llego la hora, se inició el viaje con nacientes fraternidades, entre risas y alharacas…. Esperando el pronto arribo.
Pasadas las horas, se llega a la primera parada, en la población de La Miel, rodeada de extensos sembradíos de Caña de Azúcar; allí se encuentra ubicada Dusa (Destilerías Unidas S. A.), y bajo las gotas de lluvia, su personal les da la bienvenida, empieza el recorrido por la planta de producciones y hasta el laboratorio de mezclas, donde se obtienen sus productos finales, donde se puede vivir la experiencia de conectarse al mundo de la Destilería, desde adentro, sus orígenes, sus procesos, sus melazas, sus sabores; diversos y refrescantes.
Aunado
a la belleza del lugar y la calidez de la gente, podemos reconocer el
esfuerzo que han puesto en esta empresa, por reducir el impacto sobre el ambiente,
utilizando sus vinazas como fertilizante natural y de esta forma colaborar con la conservación
del medio ambiente.
Y
para cerrar el
recorrido, llegan al bar, donde
2 mixólogos harán gala de sus
habilidades, preparando diferentes tragos, para el disfrute de cada uno de los presentes.Ya refrescados, retoman el viaje. Siguiente parada "La Mansión del Chivo" donde disfrutaran en un agradable ambiente musical, del plato típico de la región, acompañado de arepitas, nata y vinos.
A media noche, ansiosos y algunos más cansados que otros, llegan a sus respectivas posadas, donde con una noche de descanso, repondrán energías.
A la mañana siguiente, llega la tan esperada visita: Viña Altagracia, bajo los primeros rayos del sol, en un corto recorrido, llegan a "La Casita" en un ambiente de ensueño, les dan la bienvenida con un magnífico desayuno, que es representación viva de la gastronomía típica de la región, que evoca el terruño de aquel mágico lugar.
Allí se encuentran por primera vez, con el enólogo de Pomar: Guillermo Vargas; quien los acompañara por el recorrido a través del viñedo, en un transporte peculiar, abierto, para poder observar el paisaje... El sol, el suelo, las parras, las nacientes vides, todo allí se conjuga para producir las uvas, que servirán de base a los maravillosos caldos de Pomar y en cada parada que hacen, una muestra de ello, una copa de vino, para que se refresquen y disfruten de sus sabores y aromas... Digna representación de la viticultura en nuestro país.
Ya con el sol resplandeciente, se inicia el retornó, hacia la bodega, a través de un llamativo camino de cactus; a unos treinta minutos, donde los esperan representantes de Bodegas Pomar, con una copa de vino Frizzante 2013, refrescante y de agradables aromas frutales que rememoran el trópico. Para así dar partida al recorrido por la planta, la bodega. Pueden ver como grandes esculturas a los grandes envases de acero inoxidable, que los incitan a entrar; con la ayuda de un guía, que va explicando cada paso de este maravilloso proceso, desde la vendimia, pasando por el despalillado, la maceración, el prensado, la estabilización, el filtrado, el envejecimiento y hasta el embotellado. En fin, explicando la magia que ocurre cuando del mosto de la uva, se convierte en vino.
Llegan al área donde se almacenan los barriles que contienen los vinos que están por salir al mercado; (que ansioso tener que esperar por ellos). Allí, entre barriles, disfrutaran de Pomar Syrah, un vino aromático y especiado, armonizado con una variedad de quesos; bajo la tutela de los enólogos, se aclaran todas las dudas y disfrutaran del momento.
Retoman el paseo, bajando las escaleras, y con el corazón palpitante, llegarán al área donde se encuentran las burbujas; abrigadas de la luz, en condiciones óptimas reposan las botellas de espumante, elaboradas con el método tradicional (de segunda fermentación en botella). Donde aprecian y disfrutan de todo el proceso, observan los pupitres llenos de botellas.
Finalmente se reúnen todos, para disfrutar de un tardío almuerzo en el Restaurante de la Bodega, donde el menú está diseñado para satisfacer a los más exigentes paladares, cada plato armonizado con un maravilloso vino de Pomar; Cerrando con un postre típico de la región, acompañado de las gloriosas burbujas ... Para concluir la visita, la tienda de recuerdos, parada obligada, para comprar algún detalle y un buen vino.
De vuelta en la Posada Los Olivos, y para cerrar un maravilloso día... Disfrutaran de una noche de cócteles, dirigida por Antony Medina y acompañada de los Páspalos diseñados por Dayana Medina... Una experiencia placentera, para compartir anécdotas y algún chiste.
Algunos optarían por descansar, por reponer energías. No así los más jóvenes, quienes preferirán quedarse despiertos, reír, bailar y jugar domino, hasta casi llegado el amanecer.
Llegado el sábado, iniciaran el día, visitando "La Quesera Las Cumbres", donde vivirán la experiencia de apreciar, disfrutar y adquirir los quesos autóctonos de la zona...
Para el almuerzo, la visita a un Restaurante típico, donde almorzaran, un plato regional, que como ingrediente central tiene Chivo, con contornos diversos, ensalada verde, tajadas, caraotas. Para el cierre una degustación de Chocolates El Rey y Ron Diplomático...
Cuando el Sol se ocultó y después de refrescarse y cambiarse, es la hora del gran cierre, una Cena en El Restaurante "Ajilao Bistró + Te Bar... Un establecimiento ubicado en el corazón de Carora, un local que conjuga lo acogedor, con lo vanguardista y lo ecléctico. De las manos de su chef Ramón Fernández, llega la cena, tres platos, elaborados con ingredientes orgánicos provenientes de la zona, con presentaciones impecables y sabores cautivantes. Cada uno de los platos acompañados de vinos que resaltan sus sabores, produciendo una explosión en el paladar.
Concluida la cena, degustaran de Cocuy (Aguardiente de penca, tradicional y oriundo de nuestra geografía).
En resumen, se puede decir que el pueblo de Carora, rememora tiempos pasados, con sus calles empedradas, sus casas coloridas, su Iglesia Majestuosa. Un lugar que provoca conocer, con su clima cálido, su gente trabajadora y receptiva, sus tradiciones y bailes típicos, invitan al turista a explorarla. Espero con ansias, llegue el día en el que yo haga ese viaje también...
Un agradecimiento especial a: Dayana
Medina, por tomarse
el tiempo para
planificar y llevar
a cabo este
maravilloso proyecto.
Y Fátima Bermello, mi amiga,
sin sus anécdotas, no habría
sido posible usar la imaginación
para viajar.
Gracias.
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