jueves, 17 de abril de 2008

Gracias Cosmoguayana...



DAYANA MEDINA
Erudicción Vinícola
POR Pamela Velasco FOTOGRAFÍA Alberto Delgado


Distinguir la cepa, reconocer el aroma, decantar las bondades de los vinos y sugerir el conveniente para cada ocasión, es su placentera misión. Con estas bien aprendidas técnicas y un incasable espíritu de superación, esta flamante degustadora ha sido la comisionada de fundar la Asociación de Mujeres Amantes del Vino (Amavi Venezuela) y la Academia de Sommeliers de Venezuela, además de trasladar su estampa, en calidad de participante y jurado, hasta importantes competiciones mundiales que recompensan la erudición en torno a este preciado elixir.
Leer su currículo impresiona a simple vista, y es que la caraqueña Dayana Medina, sommelier con más de 10 años de experiencia, no da tregua cuando catar es el objetivo. Su apego inició en el calor del hogar, gracias a la influencia de su abuelo materno Guillermo Castillo, quien otrora fuera mesonero del capitalino Hotel Ávila y ferviente seguidor de esta gustosa bebida. Aunque sus sueños infantiles la hacían fantasear con el modelaje, la actuación y el baile, Medina cambió “la fama” por una buena copa, poniendo en práctica los consejos cedidos por su madre: “si quieres vivir bien, tienes que estudiar y trabajar muy duro”, recuerda.
Toparse con el reverenciado sommelier Leo D’Addazio, formalizó su empatía con la profesión que hoy desempeña, coincidencia inicial que preparó el caldo de cultivo para sus posteriores éxitos. “Todo lo demás surgió a consecuencia de estudiar con él: los viajes, la oportunidad de conocer a la enóloga María Isabel Mijares, la instrucción para los concursos internacionales que incluía aprender nuevas lenguas y vivir en otro país”, enumera al revivir los retos franqueados.
Esta ardua pero gratificante faena -por la que ha transitado buena parte del globo terráqueo-, la ha estacionado en distinguidos eventos como el Vinitech, en Bordeaux, Francia; la Cena los 11 Vinos, organizada en Madrid, España; el parisino Vinalies 2007, efectuado en Francia; y los Premios Zarcillos 2007, otorgados en Valladolid, España; entre otros, espectacular panorama que ha despertado su principal musa: el rol femenino dentro del cosmos vitivinícola. Sobre este puntual interés, trae a colación un episodio sucedido en Argentina, en el marco del Congreso de la Mujer y el Vino de 1998: “María Isabel Mijares me invitó a cortar la cinta inaugural y en ese momento me dijo: ‘si yo tuviera tu edad, tu belleza y tu pasión por el vino, me comería el mundo”. Acto seguido, le asignó la tarea de fundar Amavi en su terruño, asociación dedicada a mujeres trabajadoras y adoradoras de las bondades de este zumo, “quienes dejan tiempo para aprender de él, estudiarlo y disfrutarlo”.
Haber superado miedos, enfermedades físicas y golpes emocionales, forman parte de este quehacer del que también ha heredado bálsamos gratificantes: “He sido bendecida por Dios al conseguir oportunidades únicas: conocer gente maravillosa del mundo del vino, que me inspiran y motivan a luchar por su difusión”. Con el mismo agradecimiento, evalúa el sitial que ocupa este fabuloso néctar en su existir: “Conseguí la forma de que mi vida tuviera sentido al darme cuenta que el vino me sensibiliza, puedo trabajar mucho pero al final siempre estoy feliz”.
Conformar el equipo creador de la carta del Restaurant Divinum, anclado en Puerto Ordaz, merecedora del Award of Excellence de Wine Spectator por seis años continuos, es un logro alcanzado gracias a “una vertiginosa rotación de los vinos bases o estándar de salida rápida, saber vender las grandes cosechas y, por supuesto, contar con un alto nivel de servicio, selección de buenas copas, decanter y mantener la temperatura correcta”, explica.
Además de continuar con la docencia en la Academia de Sommeliers de Venezuela -escuela que en la actualidad cuenta con 71 integrantes y que al final del año en curso formará 63 noveles sommeliers-, sus aspiraciones futuras se enfilan a definir el proyecto que traerá a la reconocida Mijares a suelo guayanés para dictar cursos especializados, “prepararme para la última oportunidad de concursar en el Mejor Sommelier del Mundo, quedar entre los tres primeros puestos, y participar con nuestros alumnos en el Salón Internacional de Gastronomía 2008”, evento celebrado en territorio nacional dedicado a la buena mesa y bebida.
Es así como sigue alabando su pasión por un elixir que “representa el amor, la complicidad, el placer y el compromiso”, bebida que, según la versada, está facultada para establecer una conexión “con el pasado y diseñar el futuro cultural del ser humano”.
También editado en el número 49 de la revista Cosmoguayana...

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