martes, 19 de febrero de 2008

El arte de abrir y servir el buen vino



Abrir una botella de vino puede parecer una tarea sencilla. No obstante es necesario conocer algunos factores importantes que a la hora de servir nuestro vino deberíamos de tener en cuenta.
Indiferentemente del tipo de vino que nos dispongamos a consumir o degustar tendremos que realizar este proceso de forma ágil, suave y delicada. Descorchar y servir el vino es un proceso que alberga sabiduría y que ha llegado a convertirse en todo un rito.
Posición de la botella:
La botella se coloca en posición vertical y no se debe mover en absoluto, o al menos, moverla lo menos posible.
"Jamás agitar la botella". Así evitamos que cualquier tipo de poso o sedimento pueda enturbiar el vino al revolverse por el movimiento.
Con un cortacápsulas o, en su defecto, con un cuchillo, pasamos el borde de la cápsula (que puede ser de distintos materiales: plástico, plomo ...) todo a su alrededor, haciendo la circunferencia completa para dejar bien marcado el corte. Levantamos la cápsula y accedemos al corcho de la botella.
Con suaves movimientos insertamos poco a poco el descorchador en el corcho de la botella hasta llegar al tope, generalmente, del tirabuzón del descorchador. También con cuidado destapamos el vino, haciendo una ligera presión con la botella sobre la mesa y tirando del sacacorchos hacia arriba (hay descorchadores modernos que hacen todo esto por nosotros, con lo que se evita mover la botella para hacer fuerza).
Tras destaparlo:
Una vez que hemos destapado el vino, le pasamos por la boca un paño limpio, para quitar cualquier resto de corcho que pueda quedar en la boca de la botella, olemos el corcho para ver que el vino conserva todas sus propiedades intactas y que no se ha deteriorado aunque una vez abierto, es recomendable sea consumido rápidamente, preferentemente el mismo día, pues el vino en contacto con el aire se oxida y empieza a perder sus cualidades.
Su temperatura:
la temperatura a la que va a ser servido el vino, para esto hay que identificarlo primero, por su variedad, edad y color.
Cada vino posee su temperatura ideal, pudiendo variar entre los 6º para vinos blancos jóvenes, y 20º para tintos envejecidos.
Esta variación de la temperatura óptima de cada tipo vino puede depender acorde al tipo de vino, edad e incluso la temperatura ambiente.
En el caso de los vinos blancos, hay que asegurarse de no servirlo demasiado frío en verano ya que una temperatura muy alta, a unos 10º C puede parecer helado. Su temperatura debe oscilar en el caso del blanco seco, de 12º C incluso de 14º C para los mejores blancos.
Los vinos que se sirven en entrante o aperitivo previo a una comida, deben estar más frescos incluso que la propia comida sin olvidar que cada persona puede sentir la temperatura de forma diferente lo que implica que esto sólo pueda servir como una referencia orientativa.
Temperaturas ideales:
-Grandes tintos, los de Burdeos los mejores
Cabernet Sauvignon: 16-18ºC
-Grandes tintos Pinot Noir de Borgoña: 15-16ºC
-Tintos de la tierra: 10-12ºC
-Vinos tintos jóvenes y afrutados: 12ºC
-Otros tintos: 14-16ºC
-Grandes vinos blancos y secos: 12-14ºC
-Vinos blancos de la tierra: 8-10ºC
-Vinos rosados: 10-12ºC
-Champagne, vinos espumosos: 8ºC
-Vinos dulces: 6ºC
La copas
El vino es un elemento delicado repleto de aromas y sensaciones que pueden incluso variar dependiendo de su temperatura e incluso de la propia copa donde lo bebemos.
Las copas para servir y degustar el vino deben de ser ligeramente cerradas en su parte superior, de esta forma conseguiremos que sus aromas se concentren mucho mejor.
Tanto las características olfativas y gustativas son tan importantes como las que podemos apreciar con nuestra vista. Por ello el color de las copas es recomendable sea translucido, limpio y transparente de forma que podamos apreciar su majestuoso color.
Hábitos y tradición
Son las tradiciones más respetadas de esta "ceremonia" y puestas en práctica por cualquier buen Sommelier que se precie. Nosotros podremos aprender de este rito ofreciendo la primera copa al anfitrión (el que pidió el vino aunque sea una mujer) y esperar su degustación y aprobación para seguidamente servir el vino, evidentemente como todo caballero, en primer lugar a las mujeres.
tomado de noticiasdelvino.com

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