La bienvenida fue con el Champagne Veuve Clicquot Ponsardin su compañero Tranche de Foie Gras en coulís de mango, pimienta y canela. La Armonía la efervescencia perfecta y compleja del Champagne limpió totalmente la grasosidad de este Foie Gras fresco previamente salteado y montado sobre este festival de frutas y aromas.
La Entrada Raviolo abierto relleno de escargots a la bourguignon acompañado con Albariño Martin Codax 2006, este platillo armonizaba perfecto con el vino por dos características importantes grasa y aroma que fueron limpiadas con la acidez del vino equilibrando con sus aromas ,los aromas del plato.
La continuación Fantasía de tallarines con Codorniz y fumet de tamarindo con el vino tinto Afincado Cabernet Sauvignon, la suculencia de este platillo cocinado en su punto, donde masticas y extraes sabores fueron de la mano con este deslumbrante vino donde se muestra la elegancia del cabernet sauvignon, el ataque dulce al principio que empalaga y seduce, la astringencia y el alcohol limpiando perfectamente este delicado platillo.
De plato principal Magret de Pato al roquefort con risotto de higos al perfume de oporto acompañado con el vino tinto Cheval des Andes. La descripción de este platillo es un gran porción de magret de pato con una delicada flor de crema de roquefort que acompañaba el risotto de higos dulce y salado dos ricas sensaciones al mismo tiempo, aquí había suculencia, dulzura, aromas y grasosidad. La elección necesitaba ser un vino potente, con alcohol y astringencia, pero además elegante y aromático, con buena acidez, todo eso y mucho más tiene este espectacular vino, descendiente de uno de mis vinos preferidos Chateau Cheval Blanc…
Y para cerrar Tarte Tatin elaborado perfecto de la mano con un Champagne Veuve Clicquot Ponsardin demisec. Un buena ocasión para celebrar la iniciativa futura firmar un convenio de trabajo entre Restaurant Divinum con la Escuela Ciboulette para que sean estos los fogones donde las futuras estrellas del oriente se quemen y aprendan los buenos secretos de estos maestros que aprendieron en Bordeaux y Gyon.
Para finalizar si bien es cierto que todo es posible en Puerto Ordaz, también lo es, que los 42 grados C. nos adormecen y algunas veces nos perdemos de las maravillas de esta mezcla de selva y concreto, añoramos la capital y no conocemos lo que tenemos, en eso si nos llevan una morena los caraqueños, no pierden una oportunidad para reunirse, aprender, huir del stress, y disfrutar del buen vino y la buena comida. Despierten guayaneses, en esta tierra perdida hay mucho que beber, hacer y disfrutar. 
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