lunes, 2 de febrero de 2009

El poder de la cultura del Vino...


Vivan los Presidentes cultos, que beben buen vino y tienen cultura gastrónomica, no hay poder más seductor...

¨El carácter histórico de la investidura de Obama impregna todos los aspectos de las ceremonias, y como no podía ser menos, también los vinos que se sirvierón tras la misma, los primeros que cato como presidente. Todos los vinos de esta comida inaugural proceden de California. Sin embargo la elección de los mismos resulta sorprendente.
No son ninguno de los famosos vinos de culto de Napa, ni son tampoco potentes cabernets. Ni Colgin, ni Araujo, ni Screaming Eagle. Ni siquiera Montelena, Mondavi, Beringer, Phelps u otras bodegas históricas. Ni tampoco se ha buscado hacer un guiño al zinfandel por eso de usar algo que pueda definirse como más autóctono. Tampoco son vinos elegidos de varias bodegas distintas, ni vinos sin marca de los que sólo se conocería la región y la casta. Ni siquiera son vinos caros, exclusivos o difíciles de encontrar. Los primeros vinos de mesa que probó Obama como presidente proceden de Duckhorn Vineyards, una prestigiosa pero menos conocida bodega que ha donado diez cajas para la ocasión. El espumoso lo donó la bodega Korbel, la proveedora habitual las burbujas en las investiduras presidenciales desde 1985.
Con el primer plato, un guiso de marisco y verduras, se sirvió el Sauvignon Blanc de Napa Valley del 2007 (que cuesta unos 20 dólares), mientras que su Pinot Noir de Anderson Valley del 2005 de la marca Goldeneye (con un precio que ronda los 30) acompañó el plato principal de faisán y pato. Duckhorn Vineyards ha puesto a la venta un estuche conmemorativo de la histórica ocasión con una botella de cada al precio de 80 dólares. El espumoso de Korbel del Russian River (de menos de 15 dólares), se destinó al postre, un pastel de manzana y canela. Este austero y sencillo menú está inspirado en los gustos de Lincoln, a quien quiere rendir homenaje, pues este año se celebra el bicentenario del nacimiento del famoso presidente que ha servido como referente para Obama y cuyo simbolismo ha sido un tema recurrente durante el período de transición. Lo que sí llama la atención es la ausencia de vinos de otros estados, hecho que se atribuye a la influencia de Dianne Feinstein, senadora californiana y jefa de la comisión encargada de organizar la ceremonia, que ha barrido para casa. Para la elección de la bodega se consultó al Wine Institute, una asociación californiana, y el que Margaret Duckhorn, la propietaria de la bodega, sea hoy la presidenta del mismo, facilitaría seguramente la elección de la bodega. Al parecer el equipo de Obama ofreció pagar por los vinos, pero en la bodega consideraron que era honor suficiente y los donaron. Duckhorn ya había aportado los vinos en las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos que se realizaron en Washington durante la presidencia de Clinton y que al final se cerraron en un fracaso.¨

Tomado de mundovinos.com
Más información de las Bodegas:
http://www.duckhorn.com/

http://www.korbel.com/modules/content/?sid=11

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