

Una vez más no me canso de agradecer las maravillosas oportunidades que me da la vida, esta es mi segunda vez en Chateau D´ Yquem y probamos una añada distinta, a mi última visita en el 2002.
Recorrimos todas las instalaciones, escuchamos al Enólogo encargado, y admiramos su Castillo, instalaciones, grandes árboles y hasta pude recolectar unas piedras muy especiales de ese magnifico lugar, para utilizarlas como piedras de agradecimiento a Dios y el Universo por todo lo que tengo, solo que son de Chateau D´Yquem.
Recorrimos todas las instalaciones, escuchamos al Enólogo encargado, y admiramos su Castillo, instalaciones, grandes árboles y hasta pude recolectar unas piedras muy especiales de ese magnifico lugar, para utilizarlas como piedras de agradecimiento a Dios y el Universo por todo lo que tengo, solo que son de Chateau D´Yquem.


Y para completar nuestro viaje, tuvimos la osadía de preguntar si vendía botellas allí, por supuesto nos dijeron NO, pero nos mandaron al pueblo de Sauternes, en la Maison de Sauternes, donde acabamos con el lugar de tantos vinos que compramos, algunos Yquem, otros de otras clasificaciones, parecía una invasión cosa que nos advirtieron. Ya que 27 personas en un Pueblo tan pequeño causa miedo. De todas formas...Probamos Chateau D´Yquem y saben que, es espectacular, deslumbrante, dulce y ácido al mismo tiempo, un dulce que no empalaga, un vino distinto, con grandeza. Puro orgasmo sensorial...
Dayana Medina