lunes, 8 de marzo de 2010

Los Principios de un Sommelier


Cinco principios básicos por los que debe regirse siempre un buen Sommelier:

Preparación,
Ética profesional,
Discreción,
Vocación de servicio,
Humildad


Leyendo un par de foros sobre la diferencia entre Enólogos, Catadores y Sommeliers, encontré que básicamente todos tenemos claros los conocimientos que debe tener un Sommelier, lo que no está muy definido o especificado es como debemos utilizar o trasmitir estos conocimientos. Revisé entonces el libro de Giuseppe Vaccarini Profesión: Sommelier y unas entrevistas hechas a varios ganadores del concurso Mejor Sommelier del Mundo, y creo que esas cinco normas enunciadas al principio de este artículo resumen las opiniones encontradas.


En primer lugar un buen Sommelier se distingue por su formación, su preparación, donde deben estar incluidos no solamente los principios básicos de la sumillería, sino también un conocimiento de todo lo que sucede en el mundo de la enogastronomía y una actualización constante de esos conocimientos. El somellier con mayor o menor preparación es, sin lugar a dudas, ante todo un vendedor de felicidad y placer.

En segundo lugar, un buen Sommelier debe regirse siempre por un código de ética profesional, darle una ¨lección de enología¨ a un cliente o abandonar una sala en el momento en que más se le necesita, son dos ejemplos de que a veces, tener muchos conocimientos y no saber aplicarlos es tan perjudicial como no tener conocimiento alguno.

La tercera norma que debe observar un buen Sommelier es la discreción, el protagonismo es un mal que lamentablemente acosa a aquellos Sommeliers que, por inseguridad o algún otro problema de personalidad, olvidan que el único protagonista en nuestra profesión es el vino.

Las dos últimas normas, deben estar por encima de las anteriores y son, la vocación de servicio que es fundamental para poder trabajar en este medio, la cual requiere una fuerte dosis de seguridad en sí mismo y además, la humildad (tomado del diccionario de la lengua española) Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.

Todo esto para aclarar que, si bien tanto Catadores como Sommeliers y Enólogos somos capaces de catar, escribir, dar charlas y otra cantidad de cosas en común, los únicos que tenemos el contacto directo con el consumidor final, los que estamos a cargo de que ese producto llegue a ellos en su mejor expresión y lo puedan disfrutar al máximo somos los Sommeliers, pero para que esta función tan importante tenga su efecto es necesario que tengamos siempre presentes estas normas que deben regir nuestro desenvolvimiento profesional.

Nota:
-Reconocer cuando nos equivocamos y entender nuestros errores nos hace grandes personas.
-Ser agradecidos con la vida y el universo, incluye también ser agradecidos con todos los que nos ayudaron y nos dieron algo.
-El gran sommelier no defiende lo indefendible.
-Los hechos valen más que las palabras.

Dayana Medina
Sommeliere Profesional desde 1995

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